domingo, 27 de septiembre de 2009

De sueños y habaneras

Si te vas de la Habana
llévate mi corazón
para que nunca olvides
el día que te di mi amor.

Desde hace días, independientemente del contenido de mis sueños, despierto con este estribillo en la cabeza.

Desde hace días, independientemente del contenido de mis pasos y avances, me duermo con un sentimiento que me elude; como si un grillete alentara mi andar, como si el alma se estancara en bajamar.

He necesitado varias horas de paciencia y honesto mirar el corazón para entender el mensaje de mis sueños. No; no es ni el dolor de la pérdida ni mucho menos una inexistente intención por caminar hacia atrás.

Es tan sólo que mata la consciencia de que hay mil formas de despedirse, y debe haber demasiado dolor - o desprecio- para que se elija aquella en que se pretende olvidar, como si jamás se hubiera existido.

Por otro lado - diría otra habanera- quien lleva amor asume sus dolores y no lo para el sol ni su reverso.

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