martes, 20 de diciembre de 2011

Gran Circo en acción

algunas de las batallas mas duras y dolorosas las he tenido que dar de la piel pa'dentro.  Esto le escribía hace 6 días a Carmen L, una de mis más recientes amistades.

algunas de las batallas mas duras y dolorosas las he tenido que dar de la piel pa'dentro. Esto le repetía ayer, contándole del blog de Carmen L, a mi mejor amiga Carmen. La verdad es que ya me hacía demasiada falta el poder tener una plática en profundidad. Y por supuesto, tenía que salir que este año ha sido complicado para los dos. No sólo para los dos. Como que este año fue muy denso, con muchas luchas internas, para mucha gente que me importa.

Con frecuencia digo que mi vida es como un circo de varias pistas. Lo mismo ando en múltiples luchas de grupos sociales, que en debates teológicos, que en análisis políticos, que enredado en las dinámicas familiares, que estudiando psicología o métodos de adivinación. Y en medio de todo ello, intentar no dejar de escuchar el latir interior.

Lo cual me hizo hoy recordar este pequeño clip, que invito a que sea visto antes de seguir leyendo: El circo de la mariposa

Mientras lo volvía a ver, fui aplicando la regla básica de la interpretación de los sueños: interpretar que cada uno de los personajes que aperecen, soy yo mismo. Más correctamente, es una parte de mí.

Sí.

Creo que todos somos de alguna manera esa persona sin extremedides, a quien hasta Dios le ha dado la espalda. Al menos, una parte de nosostros siempre lo es. Indefensa, dolida, impotente, humillada.
Yo también soy el presentador de la feria de los fenómenos; esa parte que juzga (especialmente a sí mismo) sin compasión, sin humanidad, con violencia.
Soy el hombre golpeador y borracho, el anciano jubilado como inútil, la prostituta abusada y abandonada... todos ellos resurgiendo de la cenizas
Y soy también Mendez. Esa capacidad de mirar con compasión, con ternura, para posibilitar el resurgir.

Creo que todas y todos tenemos nuestro circo interior con estos personajes. Y la gran disyuntiva es  si convertimos el circo de nuestra vida en una feria de fenómenos o un circo de las mariposas. Dar el paso para este cambio de perspectiva.. ¿no es éso aprender a vivir?

Y claro, lo mismo sirve no sólo para el circo de nuestro mundo interior, sino para ese gran circo que es nuestra comunidad, nuestra ciudad, nuestro mundo como bien canta la Maldita Vecindad. Sí, de alguna manera también el andar en esas otras pistas de mi circo (la pista de los derechos humanos, la pista de las luchas sindicales) es una forma de intentar ser un Méndez con, para y gracias a los demás.

Vale, que el año que está por empezar nos encuentre montando un maravilloso circo de compasión, justicia y ternura.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Si viene la muerte, si viene a buscarme...





I
José Antonio Nachón es uno de esos artistas que muestran la injusticia poética; es un autor casi desconocido. Su voz oscura, sus letras desgarradas y pesimistas, su instransigible cantar a la miseria cotidiana no facilitan que esté en el top 10 del gusto musical. 

Incluso en esta época de youtube, donde se encuentran clips con los autores y canciones más insospechados, es casi imposible encontrar a este autor. 

Aquí una de las letras que no se encuentran en internet:

Si viene la muerte, si viene a buscarme
dile que hoy desperté por encima del bien
dile que hoy desperté por encima del mal
que ya estoy cansado de gritar que soy humano
y que hoy he despertado como un fiero animal

Dile al amor que hoy le haré la guerra
dile a la guerra que hoy le haré la paz
dile a la paz que hoy le haré justicia
y dile a la libertad que hoy le haré el amor

II
Estoy cansado de gritar que soy humano. Estoy cansado de gritar que todas y todos somos humanos. Las tres horas de carretera de regreso a casa me tumba y retumba esta frase de Nachón.

Me retumba mientras pienso en el asesinato de Nepomuceno.
Me retumba mientras pienso en la vulnerabilidad de Alejandro Solalinde ante el nuevo ataque de Calderón en su contra.
Me retumba mientra pienso en los dos estudiantes normalistas asesinados hoy por las fuerzas armadas en Chilpancingo.
Me retumba con los 60 mil muertos en el gobierno de Calderón.
Me tumba y retumba cuando noto algunas resistencias a asumir una verdadera perspectiva de derechos y dignidad, en la  conferencia que fui a dar hoy a personas de la oficina del ombudsman en la Ciudad de México.
La tengo presente mientras les digo - como quien predica en el desierto- que lo primero que tenemos que hacer en materia de derechos laborales es combatir la ideología antiobrera y antisindicalista que pervive en nuestra sociedad.
Me tumba cuando llego a casa, abro mi correo y me encuentro con este video de hechos ocurridos el 9 de diciembre, la prepotencia machista y racista de las autoridades de la ciudad en la que vivo (ver el video aquí).

Estoy tan dolido, tan cansado, tan frustrado. Duele tanto este país gobernado por asesinos y criminales de lesa humanidad. Y aún así, reúno fuerzas para escribirle a un amigo: "tenemos que superar nuestra frustración, para que nuestra indignación produzca frutos de cambio social".

III
José Antonio Nachón es uno de esos artistas que muestran la injusticia poética; es un autor casi desconocido. 

Y es justamente en su voz oscura, en sus letras desgarradas y su intransigible cantar en donde he encontrado un poco de consuelo esta noche, en otra de sus canciones. La Canción de la muerte enamorada. Aquí está el audio y pongo la letra:


Alguien llamó a mi puerta de madrugada:
era la vida vacía, el vivir por nada.
Sigue de largo —le dije—, aquí no entras,
que aquí sólo entra la muerte enamorada.

Que aquí sólo entran las penas,
que aquí sólo entran las ansias,
que aquí sólo entra la rabia,
y a veces, muy raras veces,
la dicha entra.

Alguien llamó a mi puerta al caer el alba:
era la muerte vacía, el morir por nada.
Sigue de largo —le dije—, aquí no entras,
que aquí sólo entra la vida enamorada.

Vale. Salud y un abrazo que permita volver a caminar mañana; sabiendo que por más que la muerte nos rodea cotidianamente, nuestros corazones no han renunciado a abrirse de par en par para dejar entrar a la Vida y al Amor.