Cuando yo era niño, el superhéroe que más me gustaba era
Thor, en la versión de la serie de dibujos animados de 1966 (que se retrasmitía en México en
mi infancia, en los años 80). Recuerdo que alguna vez alguien me preguntó qué
me gustaría ser cuando creciera, y respondí "Quiero ser Thor, o un
Presidente muy bueno con la gente".
No recuerdo gran cosa de esa caricatura y de por qué me
gustaba tanto el personaje. Recuerdo que volaba, que provocaba relámpagos y, por supuesto, que impartía justicia. Sí recordaba que había una identidad
secreta, pero no recordaba nada de esa personalidad.
Hoy se nos propuso como ejercicio pensar en algún superhéroe con doble identidad con el que nos identifiquemos, describir esa doble identidad y tratar de comprender tal doble identidad de manera holística, según el principio adleriano de la unidad de la personalidad. Así que me he metido a
buscar información de esa serie de dibujos animados en particular; y ha sido
muy interesante.
A diferencia de otros superhéroes, acá no se trata realmente
de una identidad simulada para esconder al superhéore (como Clark Kent para
esconder a Superman) ni se trata de una identidad real en la que el superhéroe
es un "performance" para proteger a la identidad real (como Batman
para proteger a Bruce Wayne). Originalmente, en el arco narrativo del Thor de Marvel de los 60 y 70, se trata de una identidad real (el
humano Donald Blake), quien cuando golpea un bastón mágico adquiere los poderes
del dios Thor. Es decir, sigue siendo el humano Blake con lo poderes del dios. Esta versión original después cambió para ser una identidad real (el humano
Donald Blake) dentro de quien residía la identidad real del dios Thor, quien tomaba el control al golpear el bastón mágico.
El esquema antitético entre Donald Blake y Thor es el
siguiente:
¿Cómo entender esta doble personalidad de manera holística?
Dreikurs decía que se necesitan dos puntos para dibujar una línea, y una vez que está dibujada la línea uno conoce un número infinito de puntos (Terner & Pew, 1978). En este caso, me parece que la línea que se puede dibujar es entre el punto a) consistente en Thor respondiendo a las necesidades de las personas (usando su fuerza y los elementos de la naturaleza para proteger y hacer justicia) y el punto b) consistente en Blake respondiendo a las necesidades de las personas (usando su conocimiento y la ciencia en servicio terapéutico a los enfermos).
Así, la unidad de esta doble personalidad está en usar las propias capacidades para responder a las necesidades de las personas.
Al ir pensando en esta línea entre ambos puntos, pensé en mi
propia decisión de inscribirme al Máster en Counseling Adleriano. En la entrevista para el proceso de admisión, con muy buen juicio se me preguntó si quería cursar el Máster por mero
interés de conocer o por interés de ejercer. Al responder que mi interés es
ejercer, se me preguntó si pensaba cambiar de profesión y dejar mi ejercicio como
defensor de derechos humanos; y respondí que mi proyecto no es abandonar mi
ejercicio de defensa de derechos humanos ("proteger y hacer
justicia") sino complementarlo con el servicio de orientación adleriana
("servicio terapéutico") tanto a víctimas de violaciones de derechos
humanos como a personas defensoras.
Relacionar esos recuerdos infantiles de mi gusto por esos dibujos
animados de Thor con mi actual apuesta profesional me ha hecho sonreír, con una
dosis de ternura hacia mí mismo y mi historia personal.
REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA
Terner, J., & Pew, W. L. (1978). The courage to be imperfect: The life and work of Rudolf Dreikurs. New York: Hawthorn.